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Infección Bacteriana (tularemia) En Gatos
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Video: Infección Bacteriana (tularemia) En Gatos

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Video: 16.ES Problemas gastrointestinales en gatos senior: claves en el diagnóstico Dr. Albert Lloret Roca 2024, Diciembre
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Francisella tularensis en gatos

La tularemia, o fiebre del conejo, es una enfermedad bacteriana zoonótica que se observa ocasionalmente en gatos. Está asociado con múltiples especies animales, incluidos los humanos, y se puede adquirir a través del contacto con animales infectados. También se puede ingerir a través de agua contaminada o por contacto con suelo infectado, donde el organismo puede permanecer en un estado infeccioso hasta por varios meses.

La infección a menudo es causada por la ingestión de tejido de un mamífero infectado, como cuando un gato caza un animal pequeño, pájaro o reptil, a través del agua o por garrapatas, ácaros, pulgas o picaduras de mosquitos, todos los cuales pueden transportar y transmitir la bacteria.. La bacteria también puede infectar al gato a través de su piel o al ingresar a sus vías respiratorias, ojos o sistema gastrointestinal.

La tularemia se encuentra en gran parte del mundo, incluida Europa continental, Japón y China, y en la Unión Soviética. En los Estados Unidos, es más común en Arkansas y Missouri, aunque se puede encontrar en la mayor parte de los EE. UU. También tiende a tener una mayor incidencia estacional, siendo de mayo a agosto una época de mayor riesgo. Esto aparentemente se debe al aumento de picaduras de garrapatas e insectos durante las estaciones cálidas, ya que las garrapatas (de varios tipos), es decir, son uno de los principales vectores de transmisión de esta bacteria.

Síntomas y tipos

  • Inicio repentino de fiebre.
  • Letargo
  • Falta de apetito (anorexia)
  • Deshidración
  • Agrandamiento de los ganglios linfáticos.
  • Abdomen tierno
  • Agrandamiento del hígado o el bazo.
  • Manchas blancas o úlceras en la lengua
  • Ictericia - ojos amarillos

Causas

  • Infección bacteriana (F. tularensis)
  • Contacto con fuente contaminada

Diagnóstico

Deberá brindarle a su veterinario un historial completo de la salud y las actividades recientes de su gato, incluido un historial reciente de abordajes, salidas y experiencias con otros animales o con plagas, incluidas las picaduras de garrapatas.

Su veterinario realizará un examen físico completo a su gato. El trabajo de laboratorio estándar incluirá un perfil químico sanguíneo, un hemograma completo, un panel de electrolitos y un análisis de orina. Si está presente F. tularensis, los resultados del hemograma completo pueden mostrar un aumento sensible de los glóbulos blancos (WBC), pero no siempre es así. Las pruebas también pueden mostrar niveles de plaquetas más bajos de lo normal (trombocitopenia), las células que ayudan en la coagulación de la sangre.

El perfil bioquímico puede revelar niveles anormalmente altos de bilirrubina (hiperbilirrubinemia) y niveles más bajos de lo normal de sodio y glucosa en la sangre. Si los análisis de sangre revelan niveles altos de bilirrubina, el pigmento amarillo anaranjado que se encuentra en la bilis, esto puede indicar que se está produciendo daño hepático. Esta condición se caracteriza comúnmente por síntomas de ictericia. El análisis de orina también puede revelar niveles altos de bilirrubina y sangre en la orina.

Su veterinario puede necesitar la asistencia de un servicio de laboratorio especializado para el diagnóstico confirmatorio. En algunos casos, el diagnóstico no es tan obvio y será necesario tomar muestras para enviarlas a pruebas de cultivo: crecimiento controlado en un entorno de laboratorio para definir el organismo causante.

Los métodos moleculares como la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), un método que distingue la presencia de una enfermedad en función de su código genético, están disponibles en los laboratorios de referencia. Se debe informar al microbiólogo cuando se sospeche tularemia porque F. tularensis requiere medios especiales para el cultivo, como carbón vegetal tamponado y extracto de levadura (BCYE). No se puede aislar en los medios de cultivo de rutina debido a la necesidad de donantes de grupos sulfhidrilo (como cisteína). Las pruebas serológicas (detección de anticuerpos en el suero de los pacientes) están disponibles y se utilizan ampliamente. La reactividad cruzada con brucella puede confundir la interpretación de los resultados y, por esta razón, el diagnóstico no debe basarse únicamente en la serología.

Tratamiento

El tratamiento temprano es el pilar de la resolución y curación exitosa de los síntomas. Es común una alta tasa de muertes en pacientes que no reciben tratamiento temprano. Su veterinario le recetará antibióticos para controlar la infección y los síntomas relacionados. Es posible que su gato necesite terapia con antibióticos durante varios días para la resolución completa de los síntomas.

Vida y gestión

El pronóstico general es desfavorable, especialmente en animales que no reciben tratamiento en una etapa temprana del curso de la enfermedad.

Como se mencionó anteriormente, F. tularensis es una infección zoonótica, es decir, puede transmitirse de una especie a otra. Si su gato está infectado con esta bacteria, deberá tomar precauciones especiales para protegerse de la infección. La bacteria penetra con mayor frecuencia en el cuerpo a través de la piel dañada y las membranas mucosas, o por inhalación. Los seres humanos tienen más probabilidades de contraer la infección por picadura de garrapata, arañazos de gato y, en algunos casos, simplemente al manipular un animal infectado. La tularemia también se puede adquirir por inhalación. En algunos casos, se sabe que ha ocurrido durante el proceso de acicalamiento con perros, y los cazadores tienen un mayor riesgo de contraer esta enfermedad debido al potencial de inhalar la bacteria durante el proceso de desollado. La ingestión de agua, suelo o alimentos infectados que se hayan contaminado también puede causar una infección. En algunos otros casos, se ha contraído por la inhalación de partículas de un conejo infectado u otro roedor pequeño molido en una cortadora de césped.

F. tularensis es una bacteria intracelular, lo que significa que puede vivir parasitariamente dentro de las células huésped. Infecta principalmente a los macrófagos, un tipo de glóbulo blanco, evitando así la respuesta del sistema inmunológico para destruirlo. El curso de la enfermedad depende de la capacidad del organismo para diseminarse a múltiples sistemas de órganos, incluidos los pulmones, el hígado, el bazo y el sistema linfático.

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