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Trastorno De La Médula Espinal Causado Por Vasos Sanguíneos Bloqueados En Perros
Trastorno De La Médula Espinal Causado Por Vasos Sanguíneos Bloqueados En Perros

Video: Trastorno De La Médula Espinal Causado Por Vasos Sanguíneos Bloqueados En Perros

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Anonim

Mielopatía embólica fibrocartilaginosa en perros

La mielopatía embólica fibrocartilaginosa en perros es una afección en la que un área de la médula espinal no puede funcionar correctamente y, finalmente, se atrofia como resultado de un bloqueo o embolia en los vasos sanguíneos de la médula espinal. La causa de este trastorno suele ser el resultado de una lesión en la columna. La lesión puede ser el resultado de saltar y aterrizar de manera incorrecta, ejercicio vigoroso, peleas o cualquier accidente que provoque una lesión en la columna.

El mayor número de casos tiende a ocurrir en perros de razas gigantes y grandes. Se informa que los schnauzer miniatura y los perros pastores de Shetland son más propensos a esta lesión. No se ha determinado la razón por la que esto es así, pero se considera una afección subyacente sospechada de hiperlipoproteinemia que se observa comúnmente en estas razas. La mayoría de los casos ocurren entre las edades de tres y cinco años.

Síntomas y tipos

Los síntomas aparecen repentinamente y generalmente siguen a lo que parece ser una lesión leve o un ejercicio vigoroso.

  • Dolor repentino y severo, el perro puede gritar en el momento de la lesión.
  • El dolor puede desaparecer después de unos minutos a horas.
  • Paresia (signos de debilidad o parálisis parcial)
  • Parálisis
  • Falta de respuesta al dolor (después de la respuesta inicial al dolor)
  • El perro puede estabilizarse en 12-24 horas.
  • Marcha temblorosa, descoordinada o borracha (ataxia)

Causas

La causa exacta aún se desconoce, pero se cree que una lesión aparentemente menor en la columna puede forzar el material del disco intervertebral hacia la médula espinal, provocando una embolia o bloqueo del flujo sanguíneo a través de la médula espinal. Otras presuntas predisposiciones a este trastorno pueden estar relacionadas con la hiperlipoproteinemia subyacente, y se diagnostica con más frecuencia en perros machos que en hembras.

Diagnóstico

Deberá proporcionar un historial completo de la salud de su perro antes de la aparición de los síntomas, el tipo de actividades que realiza su perro y cualquier lesión que sospeche que haya ocurrido recientemente. Su veterinario descartará otras causas, como un tumor espinal, enfermedad del disco intervertebral o fractura antes de establecer un diagnóstico. Los condicionados antes mencionados son muy dolorosos, por lo tanto, la falta de dolor puede ser indicativo de una embolia en la médula espinal. Tenga en cuenta que, aunque puede haber una falta de dolor, la afección puede ser progresiva y afectar el daño a largo plazo a la columna vertebral y al sistema neurológico. La atención inmediata y de apoyo es esencial.

Los resultados de las pruebas de laboratorio de rutina, como el análisis de orina y los recuentos sanguíneos completos, generalmente no son notables. Se puede tomar una muestra de líquido cefalorraquídeo (LCR) para su análisis, y una muestra de sangre de las venas y arterias de la médula espinal puede mostrar fragmentos microscópicos de fibrocartílago. Los estudios de imágenes radiográficas pueden ayudar en el diagnóstico. Aparte de la radiografía de rutina, la resonancia magnética (MRI) sigue siendo la mejor técnica de diagnóstico para ver la médula espinal. En la última etapa de la mielopatía embólica fibrocartilaginosa, puede haber hinchazón en el sitio del bloqueo.

Tratamiento

El tratamiento se dirigirá de acuerdo con la condición de su perro, la gravedad de los síntomas y la extensión del daño a la médula espinal. Es posible que se observe una leve mejoría en los primeros 14 días de tratamiento, y una mejoría adicional se produce entre las tres y las seis semanas de tratamiento. A partir de ahí, la recuperación debería progresar hasta que su perro se sienta con energía nuevamente. La recuperación de la debilidad es lenta pero gradual y requerirá atención paciente y de apoyo.

Mientras su perro se recupera de esta lesión, puede tener algunos problemas de incontinencia, tanto urinaria como fecal, o puede sufrir infecciones del tracto urinario. Estos síntomas deberían mejorar. Sin embargo, si los síntomas no mejoran o si hay un daño irreversible en la médula espinal, su veterinario puede sugerirle que considere la eutanasia para su perro.

Vida y gestión

Mientras su perro está en el proceso de recuperación, bríndele un espacio tranquilo y cómodo para que descanse y se cure, lejos de otras mascotas y niños activos. Si no es práctico restringir el movimiento de su perro, el descanso en la jaula puede ser una opción. Su perro se sentirá débil durante las primeras semanas de recuperación. Para salvar a su perro y a usted mismo de la frustración de los accidentes, es posible que desee colocar una capa de periódico cerca de donde está descansando. Debido a que deberá alentar a su perro a que descanse tanto como sea posible, el plan para varias semanas debe ser renunciar a las caminatas por descansos programados para salir al aire libre.

Parte del cuidado de apoyo incluirá crear un área de descanso que esté bien acolchada y asegurarse de girar a su perro con frecuencia para evitar úlceras por presión. No subestimes la capacidad curativa del afecto. Acariciar a su perro para que se sienta seguro y darle golosinas a mano y comidas pequeñas con alto contenido de proteínas durante este período de tiempo ayudará a su perro a sanar. Anime a su perro a moverse un poco asegurándose de que la comida esté cerca y fácilmente accesible.

Su veterinario programará una visita de seguimiento para monitorear la recuperación de su perro y realizar cambios en su dieta o rutina física a medida que avanza.

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