¿Cómo Se Diagnostican Y Tratan Los Tumores Cerebrales En Las Mascotas?
¿Cómo Se Diagnostican Y Tratan Los Tumores Cerebrales En Las Mascotas?
Anonim

Uno de los cánceres menos comunes sobre los que me piden que consulte son los tumores cerebrales. Aunque estos tumores ocurren con bastante frecuencia tanto en gatos como en perros, los planes óptimos de diagnóstico y tratamiento no están bien establecidos. Por lo tanto, los tumores cerebrales se consideran una enfermedad desafiante tanto para los neurólogos veterinarios como para los oncólogos.

Los tumores cerebrales son primarios o secundarios, con la misma probabilidad de que cualquiera de ellos sea el diagnóstico. Los tumores cerebrales primarios se originan a partir de células que normalmente se encuentran dentro del tejido cerebral mismo, o de las delgadas membranas que revisten su superficie. Los tumores primarios más comunes son meningiomas, astrocitomas, oligodendrogliomas, tumores del plexo coroideo, linfoma del sistema nervioso central (SNC), glioblastoma, sarcomas histiocíticos y ependimomas.

Los tumores cerebrales secundarios ocurren cuando un tumor primario ubicado en otra parte del cuerpo se disemina al cerebro (un proceso conocido como metástasis) o se extiende al cerebro a través de la invasión del tejido adyacente (por ejemplo, huesos del cráneo, cavidad nasal, ojo, etc.).

Los tumores cerebrales ocurren con mayor frecuencia en mascotas mayores, siendo la edad promedio de los perros y gatos afectados de 9 y 11 años, respectivamente. Ciertas razas muestran una predisposición a desarrollar tumores cerebrales primarios: los boxeadores, los perros perdigueros de oro y los gatos domésticos de pelo corto tienen un mayor riesgo.

Los tumores cerebrales que se originan en las membranas que cubren el cerebro (conocidos como meningiomas) ocurren con más frecuencia en razas dolicocefálicas, aquellas con cabezas y narices largas, como los collies. Por el contrario, las razas braquicefálicas, con su apariencia de nariz corta y cara plana, tienen más probabilidades de desarrollar gliomas, que son tumores del tejido intersticial del sistema nervioso central.

El signo clínico más común de un tumor cerebral en los perros son las convulsiones. Los gatos son más propensos a mostrar un inicio repentino de agresión. Otros signos que sugieren un tumor cerebral incluyen cambios de comportamiento, alteración de la conciencia, hipersensibilidad al dolor o al tacto en el área del cuello, problemas de visión, movimientos circulares propulsivos, movimientos descoordinados y una marcha inestable y “borracha”. También se observan signos inespecíficos como pérdida de apetito, letargo y micción inadecuada.

Hay varias pruebas de estadificación recomendadas para las mascotas que se sospecha que tienen tumores cerebrales. Estas pruebas están diseñadas para examinar la presencia de enfermedades generalizadas en el cuerpo, se consideran parte de una evaluación de salud general y pueden establecer información de referencia con la que podemos comparar en el futuro.

Las pruebas de estadificación incluyen hemograma completo (CBC), panel de química, radiografías torácicas y ecografía abdominal. Estas pruebas se utilizan para descartar un tumor primario extracraneal que ha hecho metástasis al cerebro, o la posibilidad de otro tumor primario localizado en un sitio distante. Estas pruebas brindan a los propietarios la tranquilidad de poder avanzar con imágenes avanzadas (MRI / CT) del cerebro de sus mascotas. En aproximadamente el 8% de los casos, los resultados de tales pruebas conducirán finalmente a un cambio en el plan de diagnóstico y tratamiento anticipado.

Cuando se sospecha un tumor cerebral y las pruebas de estadificación se consideran claras, la siguiente prueba recomendada suele ser la resonancia magnética (IRM). La excepción serían los casos en los que se sospecha un tumor hipofisario, ya que estos tumores se visualizan mejor mediante una tomografía computarizada.

La única forma de diagnosticar definitivamente un tumor cerebral y determinar su tejido exacto de origen sería mediante una biopsia. Si bien es ideal tener un diagnóstico antes de continuar con la terapia, los veterinarios a menudo recomiendan el tratamiento basado en un diagnóstico presuntivo de las características de imagen de una masa intracraneal. Esto se debe al mayor riesgo asociado con el procedimiento y al impacto negativo de los signos clínicos observados en los pacientes afectados tiene sobre su calidad de vida en general.

Hay tres opciones de tratamiento principales para perros a los que se les ha diagnosticado tumores cerebrales: cirugía, radioterapia y quimioterapia. Los objetivos de tales terapias son reducir el tamaño del tumor y controlar los efectos secundarios, como la acumulación de líquido en el cerebro. La cirugía se puede usar para extirpar total o parcialmente tumores, mientras que la radioterapia y la quimioterapia pueden ayudar a encoger los tumores o reducir la posibilidad de que vuelvan a crecer después de la cirugía. A menudo, también se recetan medicamentos para controlar los efectos secundarios de los tumores cerebrales, como las convulsiones.

El pronóstico para perros con tumores cerebrales se considera entre reservado y regular. Se esperan tiempos de supervivencia de 2 a 4 meses con cuidados de apoyo solos, de 6 a 12 meses con cirugía sola, de 7 a 24 meses con radioterapia sola, de 6 meses a 3 años con cirugía combinada con radioterapia y de 7 a 11 meses con quimioterapia solo.

Como es típico en muchos aspectos de la oncología veterinaria, se carece de información pronóstica precisa para gatos con tumores cerebrales.

Si su veterinario sospecha que su mascota tiene un tumor cerebral, considere buscar una consulta con un neurólogo veterinario u oncólogo certificado por la junta en su área para comprender sus opciones tanto para el diagnóstico como para el tratamiento.

Puede encontrar más información en el sitio web del Colegio Americano de Medicina Interna Veterinaria.

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Dra. Joanne Intile

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