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Músculos De Masticación Y Músculos Oculares Inflamados En Perros
Músculos De Masticación Y Músculos Oculares Inflamados En Perros

Video: Músculos De Masticación Y Músculos Oculares Inflamados En Perros

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Anonim

Miopatía inflamatoria focal en perros

El término miopatía es un término clínico general para un trastorno de los músculos. La miopatía inflamatoria focal afecta a grupos de músculos específicos, en este caso los músculos masticatorios, que son los músculos faciales involucrados en la masticación, y los músculos extraoculares, el grupo de músculos que se encuentran adyacentes al globo ocular y que controlan los movimientos del ojo.

Se sospecha que la miopatía inflamatoria focal se debe a autoanticuerpos, o anticuerpos que se sabe que reaccionan contra los propios tejidos del cuerpo. Los anticuerpos son proteínas que se encuentran en la sangre y que son utilizadas por el sistema inmunológico para identificar y destruir invasores extraños, como bacterias y virus. En efecto, el anticuerpo ha cruzado señales, atacando por error al cuerpo como si reaccionara a un patógeno. La miopatía inflamatoria focal describe una afección en la que estos autoanticuerpos comienzan a dirigirse a los músculos del animal afectado.

Se ha encontrado una forma familiar de base genética en los perros de aguas de King Charles, rottweilers, dóberman y samoyeds, en los que los músculos masticatorios se ven afectados. Una forma similar, que afecta a los músculos extraoculares, se ha observado en los perros perdigueros de oro.

Síntomas y tipos

Músculos masticadores

  • Problemas con los movimientos normales de la mandíbula.
  • Incapacidad para levantar una pelota
  • Incapacidad para introducir y mantener la comida en la boca.
  • Dolor de mandibula
  • Hinchazón de los músculos
  • Pérdida progresiva de masa muscular.

Músculos extraoculares

  • Hinchazón alrededor del ojo
  • Protuberancia del globo ocular desde la cuenca

Causas

Inmunomediado

Diagnóstico

Deberá brindarle a su veterinario un historial completo de la salud de su perro, incluido un historial de antecedentes de los síntomas. Después de realizar un historial detallado, su veterinario realizará un examen físico completo de su perro.

Su veterinario intentará abrir la boca de su perro, lo que a menudo resulta infructuoso en estos pacientes. En un intento de inducir el dolor y la hinchazón de los músculos para que la fuente del problema sea más evidente, su veterinario puede intentar manipular los músculos de la mandíbula de su perro. Las pruebas de laboratorio incluirán un hemograma completo (CBC), un perfil bioquímico y un análisis de orina.

El perfil bioquímico puede indicar niveles más altos de creatina quinasa sérica, lo que indica lesión muscular. Las pruebas más específicas incluyen tomar una muestra de tejido muscular, especialmente importante en las enfermedades masticatorias. Esta prueba puede ayudar a llegar a un diagnóstico confirmatorio. Las pruebas más avanzadas pueden incluir la demostración de los autoanticuerpos contra las fibras musculares. Las imágenes de diagnóstico incluirán una radiografía de los huesos de la mandíbula y una ecografía de la órbita del ojo para examinar los músculos extraoculares inflamados. La resonancia magnética también se puede utilizar para examinar la inflamación muscular.

Tratamiento

Dado que la miopatía inflamatoria focal es una enfermedad inmunomediada, se utilizarán fármacos inmunosupresores para inhibir el sistema inmunológico del perro con el fin de suprimir la respuesta inmunitaria anormal. La dosis se ajusta y se mantiene en dosis más bajas para evitar la movilidad de la mandíbula restringida. En la mayoría de los pacientes, el tratamiento a largo plazo cubrirá un mínimo de seis meses antes de que se resuelvan los síntomas.

Vida y gestión

Los movimientos anormales de la mandíbula siguen siendo un problema importante porque limita la capacidad del perro para llevarse la comida a la boca. Si la enfermedad se vuelve crónica, la masa muscular de la mandíbula y la cara puede reducirse considerablemente, complicando aún más los movimientos de la mandíbula y la capacidad del perro para usarlos. En casos graves, es posible que se requieran tubos de estómago para alimentar a su perro con una dieta líquida o papilla para mantener la salud. Su veterinario le informará sobre el cuidado y el uso adecuados de la sonda gástrica, incluido cómo limpiar antes y después de su uso. Esto es esencial, ya que las ayudas médicas contaminadas y limpiadas incorrectamente pueden provocar una infección grave.

El uso prolongado de fármacos inmunosupresores es perjudicial para la salud general del paciente. Es importante seguir estrictamente la dosis y la frecuencia de la medicación para evitar complicaciones relacionadas con su uso. Nunca modifique la dosis de los fármacos inmunosupresores ni suspenda el tratamiento sin consultar previamente con el veterinario. Si tiene alguna inquietud, primero debe consultar con su veterinario. También deberá aislar a su perro hasta cierto punto mientras está en tratamiento para protegerlo de enfermedades externas y de enfermedades transmisibles de otros animales o mascotas.

La mayoría de los pacientes responden bien a los fármacos inmunosupresores y la movilidad de la mandíbula volverá a la normalidad. Sin embargo, en los casos crónicos, el pronóstico a menudo no es bueno debido a la pérdida de masa muscular. El tratamiento oportuno es el factor más importante en el tratamiento de perros con miopatía inflamatoria focal.

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