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Protuberancia Del Recto Y El Ano En Hurones
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Video: Protuberancia Del Recto Y El Ano En Hurones

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Video: tronco bloqueo de recto y ano 2024, Diciembre
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Prolapso rectal y anal en hurones

El prolapso anal o rectal es una afección en la que una o más capas del recto se desplazan a través del ano, la abertura que permite que los desechos digestivos salgan del cuerpo. Más específicamente, el prolapso anal es cuando solo el revestimiento del recto sobresale a través de la abertura, y el prolapso rectal es cuando todas las capas del tejido anal, junto con el revestimiento, sobresalen.

Puede ser causada por una variedad de factores, incluidos trastornos de los sistemas digestivo, urinario o genital, y generalmente ocurre en hurones jóvenes, de 2 a 6 meses de edad. De hecho, estas condiciones rara vez ocurren en hurones adultos.

Síntomas y tipos

Los hurones con prolapso rectal mostrarán esfuerzo y dolor persistentes al defecar (o defecar). En un prolapso incompleto, una pequeña porción del revestimiento del recto será visible durante la excreción, después de lo cual disminuirá. En un prolapso completo, habrá una masa persistente de tejido que sobresale del ano. En las etapas crónicas del prolapso completo, este tejido puede tener un aspecto negro, azul o rojo.

Causas

Un hurón puede desarrollar prolapso anal o rectal si se esfuerza al defecar o si se somete a una cirugía en los órganos digestivos inferiores. Otros factores que contribuyen a estas dos condiciones incluyen:

  • Trastornos del sistema digestivo que causan diarrea, esfuerzo al defecar, presencia de gusanos u otros parásitos en el sistema digestivo e inflamación del intestino delgado o grueso.
  • Trastornos de los sistemas urinario y genital, como inflamación o agrandamiento de la próstata, inflamación de la vejiga, cálculos urinarios y trabajo de parto o proceso anormal del parto.
  • Estreñimiento crónico, presencia de protuberancias en forma de saco en el intestino, tumores rectales o anales o desviación del recto de su posición habitual

Diagnóstico

Su veterinario realizará un examen físico completo de su perro, incluido un análisis de sangre y orina. Otros procedimientos de diagnóstico incluyen radiografías o ecografías del área abdominal, que pueden mostrar una próstata grande, cuerpos extraños, engrosamiento de las paredes de la vejiga o cálculos renales.

Su médico también realizará un examen rectal manual para palpar masas de tejido desplazadas. Durante el examen patológico del tejido (para biopsia), puede parecer hinchado y supurará sangre roja cuando se realice una incisión. El tejido, si está muerto, aparece de color púrpura oscuro o negro y rezuma sangre azulada cuando se hace una incisión. Mientras tanto, un examen de las muestras de heces puede revelar la presencia de parásitos.

Tratamiento

Si su hurón tiene una infección bacteriana o viral concurrente, o una infestación parasitaria, su veterinario deberá tratarlo primero con un antibiótico o medicamento antiparasitario apropiado. Una vez que se haya identificado y tratado la causa subyacente del prolapso, su veterinario primero deberá disminuir la hinchazón y devolver el tejido desplazado a su ubicación adecuada dentro del ano del perro.

Esto se puede hacer manualmente realizando un suave masaje en el área o usando geles lubricantes o agentes tópicos (por ejemplo, una solución de dextrosa al 50 por ciento), que ayuda a reducir la hinchazón. Se puede administrar un agente anestésico para aliviar el dolor y la incomodidad. El anestésico más utilizado es la epidural; sin embargo, su veterinario tomará una decisión basándose en las necesidades individuales de su hurón.

A continuación, su veterinario puede optar por coser el tejido que sobresale en su ubicación adecuada para mantener el tejido en su lugar y evitar la recurrencia de un prolapso. Las suturas en bolsa de tabaco son la opción más probable para este procedimiento, y las suturas se dejarán lo suficientemente sueltas para dejar espacio para la excreción.

Vida y gestión

Observe el sitio en el que el hurón fue operado durante los primeros cinco a siete días, ya que existe la posibilidad de que se parta y se vuelva a abrir, especialmente cuando el hurón defeca. Después de la cirugía, también existe la posibilidad de que su hurón pierda el control sobre su vejiga y sus intestinos y tenga "accidentes" involuntarios. Asegurarse de que su mascota tenga muchas oportunidades para salir al exterior puede ayudar a evitar accidentes o estrés relacionado.

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