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Hinchazón O Dilatación Del Estómago En Perros
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Video: Hinchazón O Dilatación Del Estómago En Perros

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Video: Mi perro tiene la barriga hinchada. 2024, Noviembre
Anonim

Dilatación gástrica y síndrome de vólvulo en perros

El síndrome de dilatación y vólvulo gástrico (GDV), más comúnmente conocido como torsión o hinchazón gástrica, es una enfermedad en los perros en la que el estómago del animal se dilata y luego gira, o se retuerce, alrededor de su eje corto. Una serie de condiciones de emergencia pueden resultar como consecuencia de esta rotación gástrica, incluida la distensión progresiva del estómago, aumento de la presión dentro del abdomen, daño al sistema cardiovascular y disminución de la perfusión. La perfusión es el proceso de entrega de nutrientes a través de la sangre en las arterias a los tejidos del cuerpo. Una perfusión insuficiente puede provocar daño celular e incluso la muerte de órganos.

Síntomas y tipos

Los síntomas de GDV incluyen comportamiento ansioso, depresión, dolor y distensión abdominal, colapso, babeo excesivo y vómitos hasta el punto de arcadas secas improductivas. Un examen físico adicional también puede revelar un latido cardíaco extremadamente rápido (conocido como taquicardia), dificultad para respirar (conocida como disnea), pulso débil y una membrana mucosa pálida (los tejidos húmedos que recubren los orificios del cuerpo, como la nariz y la boca).

Causas

Se desconocen las causas exactas de GDV. Una variedad de factores, incluida la genética, la anatomía y el medio ambiente, son los que tienen más probabilidades de ser culpables. Por ejemplo, se ha demostrado que los perros que tienen un primer familiar con antecedentes de GDV tienen un mayor riesgo. Además, los perros de razas grandes y gigantes pueden correr un mayor riesgo, especialmente las razas de pecho profundo como los grandes daneses, los pastores alemanes y los caniches estándar. Aunque se ha informado GDV en cachorros, el riesgo aumenta con la edad.

Algunos factores que se cree que contribuyen al desarrollo de GDV incluyen la ingestión de cantidades excesivas de comida o agua, retraso en el vaciado del sistema gastrointestinal y demasiada actividad después de comer. En algunos casos, los perros afectados por GDV tienen antecedentes de problemas del tracto gastrointestinal. Sin embargo, cabe señalar que estas características no ocurren necesariamente en todos los casos.

Diagnóstico

Un método principal para diagnosticar el GDV son las técnicas de imagen, como las radiografías del abdomen. Otras pruebas pueden incluir un análisis de orina y pruebas de concentraciones de la sustancia lactato en el plasma.

Si el GDV no es el culpable, otras posibles causas de los síntomas del paciente pueden incluir infección bacteriana, gastroenteritis (que es la inflamación del tracto gastrointestinal que afecta tanto al estómago como al intestino delgado) o "hinchazón de alimentos" debido a comer en exceso.

Tratamiento

El GDV es una condición de emergencia que requiere que los pacientes sean hospitalizados y tratados de manera agresiva. Si los problemas cardiovasculares secundarios son evidentes, deberán tratarse de inmediato. Una vez estabilizado el corazón, se puede realizar la descompresión gástrica, preferiblemente con intubación orogástrica, un proceso mediante el cual se inserta un tubo a través de la boca del paciente hasta el estómago. Una vez que estos procesos se completan y el paciente se estabiliza, se pueden tomar medidas quirúrgicas para devolver los órganos internos (como el estómago y el bazo) a sus posiciones normales. Es posible que se necesite un tratamiento adicional para abordar cualquier daño orgánico. Se puede realizar una gastropexia permanente, en la que se asegura quirúrgicamente el estómago del paciente para evitar una futura rotación incorrecta, para prevenir la recurrencia de GDV.

Vida y gestión

El cuidado general después del tratamiento inicial incluye la administración de analgésicos, junto con cualquier otro medicamento necesario. La actividad debe restringirse durante aproximadamente dos semanas, especialmente después de la cirugía.

Prevención

Si bien se desconocen las causas exactas de GDV, hay una serie de factores de riesgo que se pueden abordar, a saber, evitar el ejercicio extenuante después de comer y beber. Disminuir la tasa de consumo de alimentos también puede ayudar, así como alimentar con porciones pequeñas frecuentes, en lugar de porciones grandes y poco frecuentes.

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