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Toxinas Hepáticas En Perros
Toxinas Hepáticas En Perros

Video: Toxinas Hepáticas En Perros

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Video: Enfermedades que Afectan el Higado de los Perros - TvAgro por Juan Gonzalo Angel Restrepo 2024, Noviembre
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Hepatotoxinas en perros

El hígado es la glándula más grande del cuerpo y uno de los órganos más importantes para la salud general del cuerpo. Sirve para muchas funciones vitales, como la producción de bilis (la sustancia líquida que ayuda en la digestión de las grasas), la producción de albúmina (una proteína presente en el plasma sanguíneo) y, lo que es más importante, la desintoxicación de sustancias químicas y medicamentos que pasan por el cuerpo.

Las hepatotoxinas son sustancias tóxicas que pueden dañar el hígado. Algunas toxinas son conocidas por tener propiedades que pueden provocar daño hepático y que casi siempre conducen a toxicidad hepática. Sin embargo, un perro individual puede tener más probabilidades de desarrollar síntomas de toxicidad hepática relacionados con un medicamento en particular que otro perro en circunstancias aparentemente similares. Este tipo de reacción se denomina "reacción idiosincrásica" y, en ocasiones, puede provocar lesiones impredecibles.

En comparación con otros órganos, el hígado es más susceptible a reacciones adversas de toxicidad debido a su ubicación y a su papel central en el metabolismo de sustancias químicas y fármacos tóxicos. La toxicidad hepática se asocia más comúnmente con reacciones adversas a los medicamentos.

La gravedad de la toxicidad hepática también está determinada por la edad, el estado nutricional, las enfermedades concurrentes, los factores hereditarios, otros medicamentos que se estén usando y la exposición previa a los mismos medicamentos o medicamentos similares. La extensión de la lesión hepática también depende de la concentración del fármaco, la duración y frecuencia de la exposición al fármaco y el estado actual de salud del hígado.

Las razas de perros que incluyen dálmatas, dóberman, samoyedos, labradores, perros pastores alemanes y razas de pastoreo muestran una mayor vulnerabilidad a ciertas drogas. Aunque la toxicidad hepática puede ocurrir en perros de cualquier edad, los perros jóvenes son más susceptibles a las reacciones adversas a los medicamentos y al daño hepático debido a la funcionalidad inmadura del metabolismo del hígado y las funciones excretoras.

Síntomas y tipos

Los síntomas pueden variar según la duración de la exposición al fármaco y el tipo de toxina. Se pueden observar los siguientes síntomas en perros con toxicidad hepática:

  • Pérdida de apetito
  • Vómitos
  • Diarrea
  • Ictericia (a menudo progresiva)
  • Debilidad
  • Líquido en la cavidad abdominal (ascitis): este síntoma suele ser indicativo de enfermedad avanzada
  • Coma
  • Hemorragias
  • Petequia (diminutas manchas rojas o moradas en la superficie de la piel como resultado de pequeñas hemorragias de los vasos sanguíneos en la piel)
  • Equimosis (el escape de sangre de los vasos sanguíneos rotos al tejido circundante, formando una mancha púrpura o negra y azul en la piel)

Causas

  • Drogas
  • Químicos tóxicos

Diagnóstico

Deberá proporcionar un historial detallado de la salud de su perro, el inicio y la naturaleza de los síntomas, y las posibles afecciones que podrían haber llevado a esta afección, como una afección previa, cualquier medicamento que haya estado tomando su perro, etc. Su veterinario realizará un examen físico completo para evaluar todos los sistemas corporales de su perro y evaluar la salud general de su perro.

Las pruebas de laboratorio de rutina incluyen un hemograma completo, un perfil bioquímico y un análisis de orina. Los resultados de estas pruebas deberían permitirle a su veterinario hacer un diagnóstico inicial. El perfil bioquímico revelará niveles anormalmente altos de enzimas hepáticas debido a una lesión hepática si hay toxicidad presente.

La creatina quinasa, una enzima en los tejidos, mostrará niveles aumentados en la sangre en casos con daño muscular severo, y como ciertos químicos son tóxicos para los músculos, sus niveles también se determinan en animales con toxicidad hepática. En pacientes con toxicidad hepática, la proteína sanguínea albúmina también puede mostrar niveles elevados. El análisis de orina puede indicar niveles altos de glucosa (azúcar) en la orina si también hay daño renal.

Debido a que el hígado también desempeña un papel fundamental en la coagulación de la sangre, en casos de daño hepático, las funciones normales de coagulación de la sangre pueden verse afectadas. Por esta razón, es probable que su veterinario ordene una prueba de perfil de coagulación sanguínea completa para su perro.

Se pueden usar radiografías y ecografías abdominales para evaluar el tamaño del hígado junto con la extensión del daño. Es posible que su veterinario también deba tomar una muestra de tejido hepático para una biopsia de hígado a fin de confirmar el diagnóstico y estimar el nivel de daño. Su veterinario necesitará de tres a cinco días para evaluar un pronóstico realista de daño hepático en su perro, de modo que tenga algunas ideas sobre cómo querrá progresar con los tratamientos disponibles.

Tratamiento y cuidado

En caso de daño hepático avanzado, su perro deberá ser hospitalizado para una terapia intensiva. Se requiere la fluidoterapia intravenosa en pacientes con deficiencia de fluidos corporales para mantener el estado de hidratación. En caso de funciones anormales de la coagulación de la sangre, a su perro se le administrará sangre entera fresca o plasma fresco congelado (un componente líquido normal de la sangre).

Se administrará oxígeno para mejorar el suministro de oxígeno al tejido hepático y se controlará la producción de orina para acceder a las funciones normales de los riñones. En caso de hipoglucemia, se administrarán líquidos por vía intravenosa que contengan azúcar. Se pueden administrar antibióticos para proteger a su perro contra las infecciones y también se administran vitaminas para mantener las funciones del metabolismo del hígado. Por lo general, se requieren cuidados intensivos durante al menos 3-10 días para la estabilización inicial.

Vida y gestión

El daño hepático es un problema de salud grave, y deberá proporcionar a su perro un entorno tranquilo y cómodo para que pueda recuperarse y descansar adecuadamente. Los pacientes con daño hepático generalmente tienen una temperatura corporal baja, por lo que deberá mantener a su perro en un ambiente cálido para evitar una mayor agravación de las funciones corporales normales.

Por lo general, se prescribe un apoyo dietético especial para estos pacientes, ya que una dieta nutricional de apoyo y bien equilibrada es esencial para los niveles de energía y una recuperación exitosa. Si su perro no puede comer, su veterinario utilizará un tubo estomacal para alimentar al perro hasta que pueda empezar a comer por sí solo. Su veterinario demostrará el uso y la limpieza adecuados de la sonda de alimentación para el cuidado en el hogar.

Las evaluaciones de seguimiento de su perro incluirán pruebas de laboratorio para evaluar las funciones hepáticas actuales y la eficacia del tratamiento en curso. Aparte de los medicamentos que le haya recetado su veterinario, no le dé a su perro ningún medicamento durante o después del período de recuperación, a menos que su veterinario le haya recomendado específicamente que lo haga. El hígado ya dañado será muy vulnerable durante algún tiempo después del tratamiento y deberá tratarse con mucho cuidado. La falla de este órgano conduce a una muerte segura.

El pronóstico es muy variable y depende de la extensión del daño hepático inicial. En algunos pacientes, el daño hepático es permanente y puede provocar una insuficiencia hepática completa.

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