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Fístula Hepática En Perros
Fístula Hepática En Perros

Video: Fístula Hepática En Perros

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Video: 🟢Insuficiencia HEPÁTICA en PERROS. Síntomas 2024, Mayo
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La fístula arteriovenosa intrahepática (AV) es una afección congénita que es poco común en la mayoría de los perros y gatos, pero también puede desarrollarse a través de una lesión quirúrgica, traumatismo y crecimiento anormal de tejido o hueso (neoplasia). Cuando ocurre, se desarrollan pasajes anormales entre las arterias hepáticas (hepáticas) adecuadas y las venas porta del hígado (intrahepáticas) internas.

Esta enfermedad aguda se puede abordar con resultados justos cuando se ha establecido un diagnóstico adecuado. La mayor parte del tratamiento será ambulatorio e incluirá una dieta planificada, restricciones dietéticas y observación a largo plazo.

La condición o enfermedad descrita en este artículo médico puede afectar tanto a perros como a gatos. Si desea obtener más información sobre cómo afecta esta enfermedad a los gatos, visite esta página en la biblioteca de salud de PetMD.

Síntomas y tipos

Los perros que sufren de fístula AV pueden presentar letargo, anorexia, vómitos, diarrea, pérdida de peso, sed excesiva (polidipsia), demencia e hinchazón abdominal. Hay varios otros signos de fístula AV, como:

  • Ascitis, malformaciones congénitas del corazón, hemorragias, coagulación anormal de la vena porta (trombosis), pérdida de proteínas en el riñón (nefropatía), anomalía intestinal (enteropatía), hipertensión, enfermedad hepática y cirrosis hepática.
  • O los que afectan al sistema nervioso central: moquillo y otros trastornos infecciosos, intoxicación por plomo, agua en el cerebro (hidrocefalia), epilepsia idiopática, trastornos metabólicos, degeneración cerebral asociada a insuficiencia hepática (encefalopatía hepática)

Causas

No hay raza que muestre mayor predisposición que otra. La AV hepática es una malformación vascular (vascular) que se determina genéticamente durante la etapa embrionaria del desarrollo, también conocida como anlage embriológico. La mayoría de las afecciones se presentan en los perros jóvenes, pero en algunos casos, las lesiones quirúrgicas, los traumatismos o el crecimiento de tumores (neoplasias) pueden provocar el problema.

Diagnóstico

El trastorno se puede evaluar mediante el uso de hemograma completo (CBC), bioquímica y técnicas de análisis de orina; pruebas de coagulación, análisis de líquido abdominal (peritoneal), evaluación de ácidos biliares (secreción digestiva del hígado), radiografías, ecografías, biopsias hepáticas y laparotomías exploratorias (incisión en la pared abdominal) son otros exámenes que pueden ayudar a diagnosticar el hígado malformación.

Tratamiento

Si bien algunas mascotas requerirán atención quirúrgica, la mayoría se puede tratar en casa con cuidados de enfermería. Las modificaciones a la dieta a menudo incluirán restricciones en la ingesta de nitrógeno y sodio. También se abordarán y tratarán las alteraciones de la hidratación y los electrolitos. Se deben evitar los fármacos que dependen de la biotransformación hepática, junto con cualquier fármaco que reaccione con los receptores GABA-benzodiazepinas (los transmisores que inhiben la ansiedad y la sobreexcitación). Los veterinarios suelen recetar histaminas para reducir la presión arterial y diuréticos (furosemidas) para aliviar el exceso de líquido.

Vida y gestión

Es importante controlar la bioquímica del perro cada pocas semanas y luego cada pocos meses siguiendo las rutinas de tratamiento iniciales. El pronóstico es justo para el perro cuando se trata adecuadamente, aunque el perro requerirá un seguimiento y tratamiento continuos para abordar cualquier problema de salud que pueda surgir.

Prevención

Como el problema de salud es principalmente de naturaleza congénita, no hay medidas preventivas a considerar.

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