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Cálculos Renales En Perros
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Video: Cálculos Renales En Perros

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Nefrolitiasis en perros

Nefrolitiasis es el término médico para la afección en la que se desarrollan grupos de cristales o cálculos, conocidos como nefrolitos o, más comúnmente, "cálculos renales", en los riñones o en el tracto urinario. El riñón está compuesto por miles de nefronas, cada una de las cuales consta de capilares sanguíneos y una serie de tubos a través de los cuales fluye el líquido filtrado a medida que se produce la orina. Los tubos de la nefrona desembocan en conductos a través de los cuales fluye la orina; estos conductos finalmente ingresan a la pelvis renal y un tubo a través del cual la orina sigue hacia el uréter. Los cálculos renales o los fragmentos de cálculos renales también pueden pasar a través de este sistema de tubos hacia el uréter, causando complicaciones graves.

Tanto los perros como los gatos son susceptibles a los cálculos renales. Sin embargo, algunas razas de perros son más susceptibles a ciertos tipos de cálculos renales que otras. Por ejemplo, es más probable que se encuentren cálculos renales que contienen calcio y ácido oxálico (conocidos como nefrolitos de oxalato de calcio) en Lhasa Apsos, Yorkshire Terriers y Miniature Poodles. Los cálculos renales que contienen ácido úrico (conocidos como nefrolitos de urato), por otro lado, suelen afectar a los dálmatas, los yorkshire terriers y los bulldogs ingleses.

Síntomas y tipos

Muchos perros con cálculos renales no presentan signos aparentes; es decir, los nefrolitos a menudo no se detectan hasta que se realizan pruebas de diagnóstico para otros problemas médicos. Algunos síntomas que pueden ocurrir incluyen sangre en la orina (hematuria), vómitos, infecciones recurrentes del tracto urinario, dificultad para orinar con dolor (disuria) y micción frecuente con un volumen de producción reducido (poliuria). Pueden aparecer otros síntomas, pero varían según la ubicación y el tipo de cálculos.

Tenga en cuenta que algunos nefrolitos pueden estar "inactivos"; es decir, no están infectados, no se agrandan progresivamente y no causan obstrucción ni signos clínicos. Es posible que los cálculos renales inactivos no requieran extracción, pero deben controlarse periódicamente (mediante análisis de orina, por ejemplo) para detectar cualquier cambio.

Causas

Hay una serie de causas y factores de riesgo que pueden contribuir al desarrollo de la nefrolitiasis y al desarrollo de urolitos, como la sobresaturación de los materiales formadores de cálculos en la orina del perro. Otras causas potenciales incluyen niveles elevados de calcio en la orina y la sangre, dietas que producen un pH urinario alto (alcalino) e infecciones recurrentes del tracto urinario.

Diagnóstico

Deberá proporcionarle a su veterinario un historial completo de la salud del perro, incluido el inicio y la naturaleza de los síntomas. Luego, realizará un examen físico completo, una ecografía y un análisis de orina. Sin embargo, para confirmar el diagnóstico, identificar el contenido mineral de los cálculos y desarrollar un tratamiento adecuado, se deben recuperar fragmentos de nefrolitos para su análisis. Por lo general, esto se logra mediante la realización de un procedimiento conocido como litotricia extracorpórea por ondas de choque (LEOC), en el que los cálculos se rompen dentro del tracto urinario mediante ondas sonoras.

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Tratamiento

Muchos perros diagnosticados con cálculos renales inactivos pueden tratarse en casa con la medicación adecuada administrada para disolver los cálculos. También es necesario un ajuste en la dieta del perro. Estos cambios en la dieta dependerán de la composición química del cálculo renal.

En casos graves, el perro puede requerir la extracción inmediata de los cálculos renales y la hospitalización. Hay varias opciones para la extracción de cálculos renales, incluida la cirugía o la LEOC.

Vida y gestión

Debido a que los cálculos renales tienden a reaparecer, el control de rutina es esencial. La mayoría de los veterinarios recomiendan radiografías abdominales y / o exámenes de ultrasonido cada tres a seis meses después del tratamiento inicial. También se recomienda con frecuencia un análisis de orina periódico.

Prevención

Si su perro está predispuesto a la nefrolitiasis, los alimentos especiales y el manejo dietético pueden ser efectivos para prevenir la formación de cálculos.

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